El día de San Blas el Ayuntamiento regalaba un boto de vino, que se llevaba a bendecir a la Iglesia, una vez bendecido lo ponían en la plaza y los hombres se lo bebían jugando a las chapas.

El día de San Juan los quintos ponían a las mozas y en el lavadero enramadas.

En las fiestas patronales el primer día lo organizaba cuatro personas: el prior (un voluntario), el que llevaba la bandera, el que llevaba una cinta y el quinquillero (persona elegida de entre los casados durante ese año). El día comenzaba con una invitación en las casas de los que organizaban la fiesta a los miembros del Ayuntamiento, a continuación se ofrecía al resto del pueblo una cesta de pastas, tortas de cañamones y tortas huecas.

Por la tarde se publicaba bando en el que se hacía saber al pueblo lo siguiente: «Se va a realizar la corrida de pollos, el que llegue primero se le darán tres pollos, al segundo dos pollos, al tercero un pollo y al resto ánimo para el siguiente año».

Por la noche había baile con gaiteros y dulzainas.

Este primer día era organizado y costeado por «el prior», «la bandera», «la cinta» y «el quinquillero», durante los tres días más que duraban las fiestas subían a tocar los «Chatos» de Monreal del Campo.